Cuentos y Leyendas de Honduras es el libro mas conocido que tenemos en el encontramos cuentos, y leyendas escritas por Jorge Montenegro. Un buen libro para conocer un poco acerca de sucesos extraños que solo algunos han presenciado. Tiene muchísimos cuentos y leyendas tales como: El Anillo, El Maleficio, El Viejo Enamorado, El Vecino, Doña Ester, La Tia Dominga, Lucho con un Fantasma, El Verdugo, El Asalto etc.
Cuentos Hondureños
jueves, 13 de marzo de 2014
Como lo había mencionado antes en nuestra literatura hay cuentos folklóricos que son llamados comúnmente como leyendas. La literatura hondureña cuenta con muchos de ellos y son los mas tradicionales debido a que las personas los cuentan mas y como hay algunos que causan mucho terror y que se supone que son reales llaman aun mas la atención. Y en muchas ocasiones es oportuno contarlos. Estan escritos a lo hondureño lo que los hace aun mejor. Unos de los mas conocidos por todos los hondureños que no solo es cuento sino que tambien fue un hecho que paso en la vida real es La Sucia. Fue escrito como leyenda porque muchos afirman haber visto a esta mujer sin embargo es incierto para otros. El cuento o leyenda dice asi:
La muchacha, en su profunda tristeza decidió nunca quitarse su traje de novia, iba y venia a todos lados con él puesto. Un día que estaba en el rio lavando la ropa, se enteró que su amado se iba a casar con otra. La noticia fue el tiro de gracia para ella, el dolor que sintió fue tan grande que en ese mismo momento se volvió loca, y como si estuviera poseida por algún demonio salió corriendo dando horrendos gritos se paró frente al acantilado y saltó al vacio muriendo al instante.
Según se ha venido contando, se dice que La Sucia era una muchacha muy bonita que vivía con sus Padres, a los que siempre ayudaba en los trabajos de la casa, entre ellos lavar la ropa en el rio. Conocida en otras partes como La Cegua o La Siguanaba.
Cuando la muchacha tenía 15 años un jóven bien trabajador y de buena familia se enamoró de ella y pronto fueron a pedir la mano de la muchacha, los Padres de ella aceptaron de inmediato pues sabian que era el mejor partido para su hija y se pusieron de acuerdo en la fecha del matrimonio.
El dia de la boda, estando los novios en el altar el Sacerdote les solicitó que entregaran su fé de bautismo, requisito que ella no pudo cumplir porque no estaba bautizada.
Ante el incumplimiento de este requisito, el cura se negó a realizar el matrimonio, a pesar de las súplicas de los familiares que solicitaban que en el mismo momento la bautizara y luego la casara.
Este acontecimiento hizo que la muchacha entrara en una profunda depresión que casi la llevó a la locura, al verla en ese estado su novio perdió toda esperanza de casarse con su amada y se olvidó de ella.

Se dice que desde entonces el espíritu de la muchacha vaga errante en busca de su enamorado y por eso se le aparece en los ríos y vestida de blanco a los hombres tunantes, borrachos y en ocasiones a otras personas. Cuenta la historia que en ocasiones para atraer a los hombres La Sucia se transforma en la enamorada del tunante y cuando él la abraza o la besa se convierte en un espanto horrible y el hombre se vuelve loco.
martes, 11 de marzo de 2014
Los Cuentos Hondureños son importantes en nuestra literatura. Existen muchos cuentos que leemos o aprendemos en primaria o hasta secundaria. Se puede decir que son una tradición así como las leyendas. Nuestros cuentos son muy entretenidos y hay para todas las edades desde los mas pequeños hasta los mas grandes aunque no tengamos muchos son de muy buena calidad y probablemente en otros lugares abunden y sean buenos sin embargo nosotros contamos con unos que son excelentes y que son del gusto de la mayoría. Los cuentos han estado desde hace mucho tiempo y deberían hacernos sentir orgullosos no solo a algunos sino a todos. Algunos de los cuentos mas conocidos son: Balas Cruzadas de Eliseo Pérez, Los Guerreros de Raúl Alvarenga entre otros. En nuestra literatura hondureña contamos con mas leyendas que cuentos y por eso son difíciles de encontrar, incluso hasta en el internet. Usualmente en nuestras escuelas es típico que nos dejen algún trabajo respecto a la literatura hondureña y por eso podemos conocer un poco mejor acerca de ellos. Nuestro país cuenta con muy buenos escritores que lamentablemente no son muy conocidos al igual que sus obras pero los que son conocidos usualmente son debido a la calidad de sus cuentos. En Honduras tenemos cuentos folklóricos a los que llamamos leyendas, estas son historias aterradoras en su mayoría y que son tradición su escritor mas reconocido es Jorge Montenegro. Un gran talento catracho por así decirlo y pues dare un ejemplo de un cuento.
Venían de allá, de arriba, del norte; donde el hielo y la vida se detienen en lo blanco de la escarcha.
Ellos, guerreros feroces, bestias desquiciadas, se apoderaron de los linderos de la selva. Yacían en medio de árboles como si fueran sus troncos. Traían consigo una magia que no entendíamos. En el día, escondidos entre las ramas, no les diferenciábamos.
Al comenzar el invierno empezó la matanza. Los hombres bestias, aullaban y rugían imitando a ciertos animales: Al león, al tigre, al coyote y al gato montés. Trizaban con los dientes y desgarraban con las uñas. En una mañana murieron dos mil de nuestros guerreros, el resto no accedimos a tocar los bordes de la maleza porque sabíamos que la muerte nos absorbería en un respirar.
Sitiados en nuestras ciudades, nos comunicábamos con otras tribus al vaivén del sonido de tambores y sonajas de carapachos de tortugas, ejecutados con mogotes de venado. Todas las estirpes anunciaban la misma catástrofe. Pero teníamos que salir a la batalla; ¡porque si no el hambre o la desidia acabarían con todos!
Por espacio de tres alboradas deliberamos como si fuéramos un solo ser, y consultamos a los espíritus de los sabios guerreros que yacen en la expansión de los cielos. De ahí vino Nahpú-Vuch, cazador coyote semejante a un lobo; y el gran Canis Latrans, guerrero anochecer, quien tomó forma de combatiente depredador, declarado este último como el Dios de la Noche.
Por la mañana, el cazador coyote con la cara y el cuerpo pintado de blanco y negro, mató a dos mil ese día. Mas no apabulló el ánimo de aquella mala especie. En tanto, se alistó el contendiente Dios de la Noche que poseía ojos de lechuza que escudriñaban los tizones negros de la oscuridad. Llevaba el cuerpo tiznado y un hacha en su mano. Se introdujo en la selva en la primera velada. Gritos, quejidos y ayes se dispersaron en intervalos por la jungla. El chasquido de las ramas y la carne cortada cundió de sopor las vigilias siguientes. La hediondez de la sangre perduró hasta el amanecer. En esa jornada cayeron en sus manos siete mil de esa raza de diablos. Jamás se dieron cuenta quién los aniquilaba… por esa razón huyeron a través de incontables caminos que les ofreció el breñal.
Muchos quedaron vivos, pero estoy seguro que no regresarán, por el miedo a ser descuartizados por la tiniebla.
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