Según se ha venido contando, se dice que La Sucia era una muchacha muy bonita que vivía con sus Padres, a los que siempre ayudaba en los trabajos de la casa, entre ellos lavar la ropa en el rio. Conocida en otras partes como La Cegua o La Siguanaba.
Cuando la muchacha tenía 15 años un jóven bien trabajador y de buena familia se enamoró de ella y pronto fueron a pedir la mano de la muchacha, los Padres de ella aceptaron de inmediato pues sabian que era el mejor partido para su hija y se pusieron de acuerdo en la fecha del matrimonio.
El dia de la boda, estando los novios en el altar el Sacerdote les solicitó que entregaran su fé de bautismo, requisito que ella no pudo cumplir porque no estaba bautizada.
Ante el incumplimiento de este requisito, el cura se negó a realizar el matrimonio, a pesar de las súplicas de los familiares que solicitaban que en el mismo momento la bautizara y luego la casara.
Este acontecimiento hizo que la muchacha entrara en una profunda depresión que casi la llevó a la locura, al verla en ese estado su novio perdió toda esperanza de casarse con su amada y se olvidó de ella.

Se dice que desde entonces el espíritu de la muchacha vaga errante en busca de su enamorado y por eso se le aparece en los ríos y vestida de blanco a los hombres tunantes, borrachos y en ocasiones a otras personas. Cuenta la historia que en ocasiones para atraer a los hombres La Sucia se transforma en la enamorada del tunante y cuando él la abraza o la besa se convierte en un espanto horrible y el hombre se vuelve loco.
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